Illegal spying scandal:Public Statement


On 1 May 2020, an important political news magazine Semana, in an article called “Las carpetas secretas” (The Secret Files), alleged that Colombian Army Military Intelligence had been gathering surveillance on journalists, human rights defenders, trade unionists, political opposition, judges, and lawyers including those working on extrajudicial killings. This type of information gathering seriously affect their constitutional and democratic rights. This list of 130 people also includes international organisations working on human rights.

See our statement about this situation below. PDF in Spanish.


International civil society organisations warn of the severe risks posed by government intelligence systems on peace and democracy in Colombia.

The international civil society organisations signatories to this Statement, express their solidarity with the over 130 people – including, journalists, members of political parties, NGOs, defenders of human rights, and trade unionists – who, according to investigations undertaken by the magazine, Semana, have been victims of illegal surveillance. This has been implemented through a computer tracking programme and carried out by various units of the Colombian Army. This surveillance, which even includes senior officials from the Iván Duque government, calls into question Colombian constitutional guarantees and democratic principles.

Worryingly, according to the results of the journalistic investigation these incidences of surveillance were in response to the New York Times publications in early 2019, regarding the recurrence of the extrajudicial executions, and the investigation by the Liga contra el Silencio and the Rutas del Conflicto regarding agreements  between extractive companies and the Ministry of Defence in July 2019.

Freedom of expression is recognised by the 1948 Universal Declaration of Human Rights,  in Colombia it is a constitutional right (article 20), and it is essential in the development of democracy and for the full exercise of human rights – as affirmed in chapter VIII of the Inter-American Commission on Human Rights. As highlighted by the Colombian Office of the UN High Commission for Human Rights, government intelligence systems should be utilised for the protection, and not the violation of human rights. In this regard, we urge the Colombian State to take concrete measures to regulate the intelligence systems.

It is urgent that the Colombian government, in an exercise of transparency with Colombian citizens and with the international community, progress the pertinent investigations to clarify the origins of these actions and bring to account before the competent authorities the people responsible for this very serious attack on the work of the defence of  human rights, freedom of the press, and guarantees for political opposition in Colombia.

Furthermore, the Colombian government must provide sufficient guarantees: to life and integrity, the right to defend human rights, to human rights defenders and human rights organisations in general, and in particular, for those who remain exposed due to this illegal practice.

As international civil society organisations, we want to emphasise the serious risk to the sustainability of the Colombian peace process, in the midst of the Covid-19 pandemic, due to this type of persecution of the political opposition, coupled with the increase in killings of human rights defenders and ex-FARC combatants, which amount to over 100 cases so far in 2020, according to INDEPAZ figures.

Intelligence systems must respect human rights and be subjected to strict civil and legal control.

6 May 2020


Spanish Version

Las Organizaciones internacionales de sociedad civil que suscriben el presente comunicado expresan su solidaridad con las más de 130 personas, entre ellas, periodistas, integrantes de partidos políticos, ONGs defensoras de derechos humanos y sindicalistas, quienes, de acuerdo con las investigaciones de la revista Semana, vienen siendo víctimas de un nuevo episodio de interceptaciones ilegales, mediante la implementación de un programa de seguimiento informático, ejecutado por varias unidades del Ejército nacional. Estas interceptaciones que incluyen incluso altos funcionarios del Gobierno de Iván Duque, ponen en cuestión las garantías de los principios constitucionales y democráticos en Colombia.

Son preocupantes los resultados de esta investigación periodística, según los cuales, estas escuchas se dan en respuesta a las publicaciones, realizadas por el New York Times a comienzos del 2019, sobre el regreso de las ejecuciones extrajudiciales y la investigación de la Liga contra el Silencio y las Rutas del Conflicto sobre convenios entre empresas extractivas y el Ministerio de Defensa en julio de 2019.

La libertad de expresión está recogida en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, en Colombia, es un derecho constitucional (artículo 20) y es esencial, como lo afirma la Comisión Interamericana de derechos Humanos en su capítulo VIII, en el desarrollo de la democracia y para el ejercicio pleno de los derechos humanos.

Como lo resalta la Oficina en Colombia de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU los sistemas de inteligencia estatal deben usarse para la protección de los derechos humanos, y no para vulnerarlos. En ese sentido exhortamos al Estado colombiano a tomar las medidas concretas de regulación de dichos sistemas de inteligencia.

Es urgente que el Estado colombiano en un ejercicio de transparencia con el pueblo colombiano y con la comunidad internacional adelante las investigaciones pertinentes que den claridad sobre el origen de estas acciones y lleve ante las autoridades competentes a los responsables de esta gravísima agresión a la labor de defensa de los derechos humanos, la libertad de prensa y las garantías a la oposición política en Colombia.

El Estado colombiano debe, así mismo, brindar las garantías suficientes a la Vida e integridad y el derecho a la defensa de las personas y organizaciones defensoras de derechos humanos en general y de manera particular de quienes han quedado expuestas con esta práctica ilegal.

Como organizaciones de la sociedad civil internacional alertamos sobre el alto riesgo que corre la sostenibilidad del proceso de paz en Colombia, en medio de la pandemia del Covid-19, con este tipo de persecuciones a la oposición política, sumadas al incremento de asesinatos contra las personas defensoras de derechos humanos y excombatientes de las Farc que en lo que va corrido del 2020 ya suman más de 100, de acuerdo con registros de Indepaz.


Los sistemas de inteligencia deben respetar los derechos humanos y estar sujetos a estrictos controles civiles y judiciales