
Sin embargo, a pesar de estos obstáculos y el gran costo personal, las mujeres colombianas están alzando su voz y exigiendo el derecho a la verdad, la justicia, la reparación y garantía de no repetición. Al alzar su voz, ellas se enfrentan con amenazas y riesgos a su integridad física y la de sus familias. Estos riesgos se extienden a las defensoras de quienes apoyan a los sobrevivientes.